miércoles, 7 de febrero de 2007

Viajando

Viajando descubrimos muchas veces cosas de nosotros que estaban ocultas bajo la la rutina de nuestra existencia diaria, huir de ese anquilosamiento que solo nos atrevemos la mayoría de veces a romper en nuestras pequeñas escapadas es lo que nos empuja cada vez mas a menudo a dar importancia a salir al encuentro de la delicia del ocio y poder disfrutar del andar de las manecillas del reloj sin ninguna presión.

El problema es que nuestro movimiento zombie diario se ve extendido en la mayoría de casos a estas situaciones, no disfrutamos de nuestro viaje si no nos dicen como hacerlo ya sea a través de Agencias, Guias o la conducta de la Mayoria. En resumen, creo que debemos aprender a viajar, y por extensión a vivir sin la necesidad de que nadie nos marque las pautas de como hacerlo, antiguamente existía solo la religión para guiarnos por el "buen camino", pero ahora tenemos mil posibilidades para evitar tener que pensar ni molestarnos en aprender a escuchar a nuestros instintos. Antes de salir la mayoría de gente ya tiene calculado el itinerario casi por minutos, tenemos que ver este monumento en 2 horas, luego ir a este en 30 minutos para verlo en 1 hora....., y por que?, porque es lo que se supone que hay que hacer.

Yo reconozco que tengo un problema de inquietud y ansiedad cuando me paso algunos días en el mismo sitio , mi cuerpo enseguida me empuja a coger la mochila y continuar mi camino, por eso casi todos mis viajes han sido de trayectos mas que de lugares. Por el camino he dejado siempre sitios que me hubiera encantado conocer más a fondo pero a cambio he disfrutado de muchas experiencias en mis trayectos, pienso que simplemente es un estilo de viajar y da igual cual sea el de cada uno, ya que uno de los ingredientes más importantes debe ser la improvisación, dejarnos llevar por lo que nos apetezca en cada momento, y así a partir de eso poder liberarnos de nuestras ataduras mentales a parte de las físicas.

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